de anamaría aprendí…
le gustaba que el novio la deje en la esquina y luego irse conmigo.
La última vez que la vi, ya se había casado.
Me citó en su casa,
para que la conociera.
Cuando llegué estaba mirando el video de su fiesta de casamiento.
De anamaría aprendí
lo que no hace falta decir.
intrincados recovecos que la mente necesita para hacer eso.
Podrías comunicarlo aunque no haga falta. Yo no conozco a anamaría.
ResponderEliminar¿Sabés qué? A pesar de aquel alboroto inútil que se armó, me parecés muy linda en tu obstinación. Hasta te tomaste el trabajo de reafirmar tus "haikus no haikus".
Lo había leído en tu blog y me encanta.
ResponderEliminarQué lleva a una persona a elegir un camino ajeno, vivir una vida extraña, y todo lo que uno es queda escondido dentro.
Ese es un laberinto, muy intrincado por cierto, salir de él no es tarea fácil.
lo mejor es que la historia es veridica aunque no mia desgraciadamente
ResponderEliminarme la robe
la propiedad privada es robo
coincido sobre la propiedad. "las buenas tramas no son de nadie" Borges.
ResponderEliminaro las cosas son de todos
ResponderEliminarotra posibilidad
te veo mañana