lunes, 1 de diciembre de 2008

murio Daniel Chirom

COMUNICADO

Con dolor informamos que falleció en Buenos Aires, a los 55 años, nuestro compañero y amigo Daniel Chirom, socio fundador de la SEA. Sus restos serán velados este lunes 1 de diciembre en O’Higgins 2800 (esq. Congreso), barrio de Belgrano, a partir de las 15.
Invitamos a las escritoras y escritores a darle el último adiós.

COMISIÓN DIRECTIVA DE LA SEA

1 de diciembre de 2008

* * *
Adiós a Daniel Chirom,
poeta, editor y amigo de todos los escritores
Antes de lo previsto, en su plenitud como poeta y como hombre, falleció en Buenos Aires –la misma ciudad donde nació y vivió y escribió- nuestro querido amigo Daniel Chirom, socio fundador de la SEA, infatigable emprendedor cultural.
Pasó por el mundo del Derecho, por el Periodismo y la Política, pero su reino, desde su misma infancia, fue la Poesía. Era un poeta suave, íntimo, nunca exasperado. Un dandy tristón que conocimos, jamás rebajado a la crítica fácil ni a la maledicencia.
Como su Perla, su madre –otra gran promotora y animadora cultural- heredó de sus ancestros, judíos porteños, un amor sin concesiones por esta ciudad de Buenos Aires, por su gente y sus modos, por su inasible espíritu.
Daniel apoyó con fuerzas, desde un primer momento, la lucha por la Pensión del Escritor. No la iba a necesitar él. No lo hacía pensando en sí mismo. Lo hacía como un acto de entrega, conciente, hacia la raza y la comunidad de los Escritores.
Él vio morir olvidados, ignorados, pobres, dignísimos, a grandes escritores y amigos como Mario Morales, como Antonio Di Benedetto, como el griego Zunino. Y siempre ayudó en lo que pudo. Y siempre estuvo allí.
Una de las mejores noticias que tuvo, en sus últimos días, fue enterarse de que el Reconocimiento a la Actividad Literaria en la ciudad de Buenos Aires, ya tenía un dictamen favorable de la comisión de Cultura y estaba avanzando hacia su tratamiento en la Legislatura.
El resto de esta historia se la contarán los ángeles, en el Cielo de nuestra memoria que lo abrigará por siempre.
Decía Tuñón que él era “triste y cordial, como un legítimo argentino”. Daniel Chirom era triste y cordial como un legítimo escritor, como un legítimo artista, de esta ingrata ciudad de Buenos Aires.
Muchos poemas escribió Daniel. Pero tal vez “el poema” sea éste que le dedicó a su madre, Perla Chirom, y que sirve de epitafio para ambos:


Miras en el espejo la sombra vana de una máscara,
ésa que fue tu rostro y ahora es sólo un ojo despierto.
El viento cantó,
las campanas anochecieron
y hoy tiendes la mano hacia un fantasma
que fue tu madre, Perla,
un nombre perdido entre otros nombres.

No fue tuya, no fue de nadie,
las palabras que te dijo no existieron
pero sí sus voces, los atardeceres
y esa manía que aún posees
de mirar el vacío y ver un cielo.

Siempre estuviste solo,
nunca besaste sus labios,
nadie te abandonó en la tierra.

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