domingo, 29 de marzo de 2009

De repente, NOS.
Encontrabándonos.
Muy lejos de tu novio.

1 comentario:

  1. En las paredes fenicias
    se desprende quizás
    la incertidumbre,
    comprendo desde lejos,
    que nadie puede tener
    lo que no siembra.

    El carro pasa lento
    por las noches,
    lo miro de costado
    para que no me aturda,
    no lleva en sí ningún caballo.

    Me asomo a ver la luna
    con su cambio
    nocturno prenupcial
    y salgo a amarla.

    Afuera ladran perros
    por el viento
    que sosiega
    cualquier oscuridad.

    Ya nada nos inquieta
    ni a mí, ni a mi sombra,
    hemos crecido.

    Camino despacio
    los momentos,
    mi paso sigue calmo
    por el camino solo,
    mientras braceando
    ruedan por el ocre
    las primeras hojas de bambú.

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